jueves, 12 de abril de 2012

Cómo llegar a ser un buen líder

como ser un buen lider
La mayoría de los éxitos empresariales actuales, tanto a nivel nacional como internacional, tienen en común la existencia de un líder fuerte, innovador e, incluso en algunos casos, visionario. A todos se nos viene a la mente figuras como Steve Jobs y Eric Schmidt, o a nivel nacional, Juan Villalonga o Amancio Ortega.

Ahora bien, ¿qué tienen en común estos directivos? Y lo que es más importante ¿qué podemos hacer para parecernos a ellos?

Pues bien, es posible que una de las cosas más fáciles que podemos hacer sea estar informados. Un líder siempre está alerta de aquello que acontece tanto dentro como fuera de su “dominio”, y percibe los cambios y tendencias que comienzan a despuntar en su mercado. De esta manera consigue estar siempre dispuesto a afrontar los desafíos que se le presenten.

Para afrontar esto cambios, no sólo recurre a su capacidad creativa e innovadora, sino que, además, promueve la creatividad dentro de su equipo (otra de las características que podemos imitar para llegar a ser buenos líderes). Es fundamental que nuestros clientes nos distingan de nuestros competidores siempre, y para ello se hace necesaria una gestión constante de la innovación dentro de la empresa.

Como líderes debemos ser conscientes de que la sociedad evoluciona y con ella sus necesidades, conocimientos, valores, etc. Por eso es necesario que intentemos formarnos de manera continua, actualizada e interdisciplinar. Sólo así podremos conocer y comprender los diferentes ámbitos en los que deberemos desarrollar nuestra labor.

Un buen líder busca la mejora constante y, para ello, no duda en promover los cambios que considere necesarios dentro de la organización. No sólo los propone, sino que también los desarrolla y realiza su seguimiento a fin de constatar si la situación ha mejorado realmente o no.

Por último, como características personales y, por tanto, más difíciles de aprender, los líderes empresariales actuales destacan por su carisma y empatía, la capacidad de delegar y confiar en sus colaboradores, su optimismo o tendencia al pensamiento positivo (fundamentales a la hora de motivar a los trabajadores), el pragmatismo y la capacidad de negociación, la tolerancia, flexibilidad y, en definitiva, una serie de cualidades y rasgos de personalidad que lo llevan a convertirse en un verdadero líder.

Si bien es cierto que este tipo de características parecen o se suelen considerar inherentes a la propia persona, también es cierto que podemos potenciarlas e imitarlas en caso de que no las tengamos.

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con usted. En mi caso estoy intentando crear un clima más creativo en mi empresa porque pienso que mis propios trabajadores son los que tienen mayor información y pueden ofrecerme nuevas soluciones para algunos de los obstáculos que estamos encontrando últimamente. Espero que me de resultados. Gracias por su aportación.

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  2. Muy buen aporte. El liderazgo es un proceso que implica no solo la capacidad de tomar decisiones, sino la habilidad de desarrollar una cierta estabilidad emocional. Será fundamental adquirir la confianza pero al mismo tiempo el respeto de los dirigidos para que estos desarrollen tareas encomendadas de manera responsable y eficaz

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